33. No sabía que una receta podía cambiar una vida, pero lo hizo.
7 inviernos, 7 veranos y un solo propósito: celebrar la vida
Hace 7 años, Dimanche empezó con una caja de desayuno. En ese momento, yo no lo sabía, pero también estaba comenzando una nueva etapa grandiosa de mi vida.
Me había mudado a un país nuevo, no conocía a nadie, y estaba tratando de sostener un sueño a punta de ideas, nervios y corazón.
He pasado por estafas, quiebres, mudanzas, empleadas que se fueron, clientes que volvieron, y noches de trabajo en las que juré que no podía más y sin embargo, aquí estoy.
7 años después estoy en otro continente. Con otro ritmo, otra visión, otros planes. Pero con la misma pasión.
Dimanche ha sido muchas cosas
Mi salvavidas en tiempos difíciles.
Mi escuela.
Mi espejo.
Mi forma de volver a mí.
Hoy celebro que no me rendí. Celebro todo lo que me trajo hasta acá. Celebro a quienes me compraron, me escribieron, me compartieron o me eligieron. Celebro que lo que un día fue una idea, hoy es una marca que cruza fronteras.









Dimanche nació cuando tenía 26 años, recién llegada a Chile. El nombre surgió en una conversación con mi mejor amiga —significa domingo en francés— y vino de mi amor por los desayunos los domingos, los brunchs, el cocinar para otros y las conversaciones que se generan alrededor de una mesa.
Siempre había querido tener algo propio. Lo que terminó de empujarme fue el ritmo laboral tan duro que viví en Chile.
Empecé con desayunos a domicilio. Recuerdo el primero: lo entregué yo misma, en metro y en bus, muy muy lejos. Sentí gratitud, pero también noté todo lo que podía y debía mejorar.
Antes de Dimanche ya había intentado emprender tres veces, con accesorios (coco accesorios) arreglos florales (no tenia nombre) y luego un blog de cocina (Oregano parmesano).








Pero fue con Dimanche que todo empezó a volverse profesional. Ahí me di cuenta de que sí podía lograr lo que me proponía, que podía confiar en mi capacidad. Nunca fui la mejor del salón, ni la peor, todo me aburría y nada me motivaba. Pero esto me encendía.


Sostener este proyecto a largo plazo ha sido una de las cosas más difíciles. Es fácil rendirse cuando las cosas se complican. Reinventarse duele. Es incómodo. Y duele más cuando se quiebra la idea romántica con la que empezaste y tu ego no lo soporta. Aceptar los cambios es una práctica espiritual que pongo a prueba cada día.
Pensé muchas veces en rendirme. Pero entendí que si dejaba de hacer todo lo que hago, algo en mí se iba a pudrir. Seguir fue un acto de convicción, poder, perseverancia y valentía. Tuve que soltar la fantasía de que alguien vendría a rescatarme.
La palabra perfecta para definir como me siento hoy es: conmovida.
Porque mirar hacia atrás y ver todo lo que ha pasado, y seguir aquí, me emociona profundamente.
Porque me permití cambiar, porque sigo creyendo. Porque sigo apostando.









Hay algo que nunca he dicho: Durante un tiempo creí que siempre estaría en la cima, incluso me creí en la cima, me creí invencible, ese ego arruinó muchas cosas pero también fue ideal para redireccionar.
Venirme a España fue un cambio profundo que empezó hace tres años, pero que recién ahora estoy terminando de procesar. Los cambios no son de un día para otro. Tu mente puede entenderlo, pero tu cuerpo necesita integrarlo.
España fue el empujón final para vivir lo que ya había empezado a transformarse dentro de mí. Y entendí que a veces no venimos a este mundo solo a cumplir nuestros propios deseos, sino también a hacer lo que Dios espera de nosotros.
No todo es ego, voluntad o planificación. A veces estamos aquí para ser canal. Para servir y siento que para eso estoy aquí, para enseñar y guiar.
Somos capaces de mucho más de lo que imaginamos.
Celebrar para mí no es brindar con champagne. Es sentarme en silencio, mirar lo que recorrí, y darme cuenta:he cumplido cosas que hace unos años solo eran promesas.
Ese momento de conciencia, de “me lo prometí y lo logré”, eso es lo más poderoso.
Para ti que me lees: Los procesos nunca son lineales, ni fáciles, ni rápidos. Pero si no empiezas, nunca vas a saber a lo que estás destinada/o.
A la Paola que empezó: Nunca te rindas.
Confía en que no estás sola.
Ni siquiera en los días en que creíste que sí.
Ni siquiera en los días que lo olvidaste.
Siempre hay una guía.
Siempre hay compañía.
Feliz 7 años Dimanche.









Gracias por estar.
Paola Verónica
Fundadora de Dimanche